Mi experiencia con nuestros amigos cubanos fue profundamente hermosa. Tuvimos el privilegio de conocer a una familia llena de valores, fe y esperanza; una familia que irradiaba la presencia de Dios. Ellos tomaron la valiente decisión de abandonar su país en busca de un futuro mejor para sus hijos en Estados Unidos. No fue una elección sencilla, pero la tomaron en unidad familiar, confiando en la guía divina de Dios y la Virgen María. Estos compañeros de camino siempre los acompañaron, desde su partida hasta su llegada a Estados Unidos, y continúan bendiciéndolos incluso allí.

Como Laicos Dominicos Presentación, estamos comprometidos a ayudar a nuestros hermanos. Cuando la Hermana Georgina González nos habló de esta familia, no dudamos ni un instante en ofrecerles nuestra ayuda. Es realmente hermoso ver cómo Dios va organizando cada detalle para que las cosas fluyan armoniosamente. Además, muchas personas conocidas también colaboraron para hacer realidad el sueño de esta familia.

De las hermanas Dominicas de la Presentación, hemos aprendido a acoger a nuestros hermanos con amor y pensamos que ellos se sintieron como en casa. El compartir varios días fue como estar en familia. La visita a la Basílica de Guadalupe, las comidas compartidas y la celebración del cumpleaños de Leidys hija, fueron momentos de gran alegría para todos. A un mes de su llegada a Estados Unidos seguimos en contacto, somos ya una verdadera familia en la fe.

La forma en que Dios toca nuestros corazones a través de las personas que cruzan nuestro camino es asombrosa. Nos llena de fe, amor, esperanza y agradecimiento. Y aunque nuestro grupo de Laicos Dominicos Presentación sea pequeño, estamos firmemente comprometidos a trabajar para la gloria de Él.

Karina Rubio Colín
Laica Dominica Presentación, México